La
primera razón que citó la UNESCO para inscribir a la “Dieta Mediterránea” en la Lista representativa del Patrimonio
Cultural Inmaterial de la Humanidad fue que “la dieta mediterránea es un
conjunto de prácticas tradicionales, conocimientos y competencias que se han
venido trasmitiendo de generación en generación y que confieren un sentimiento
de pertenencia y continuidad a las comunidades interesadas”.
Dieta Mediterránea
Historia
Después de la Segunda Guerra Mundial en 1948, se
realizó un estudio socioeconómico en Creta por encargo del gobierno griego, con
éste se pretendía adaptar la isla a niveles sociales y económicos de las
regiones industrializadas. En este estudio también se incluyeron datos sobre
los estilos de vida, la alimentación y la salud de los habitantes de la isla.
Los datos que arrojó el estudio fueron de gran interés ya que en esos tiempos la alimentación en los cretenses era la opuesta a la de los países industrializados occidentales, caracterizándose por una elevada proporción de cereales (principalmente el pan), verduras, frutas, patatas, legumbres, frutos secos y aceite de oliva. Al contrario que los americanos, se comprobó que los cretenses raramente padecían enfermedades cardiovasculares y tenían una esperanza de vida muy elevada.
Los datos que arrojó el estudio fueron de gran interés ya que en esos tiempos la alimentación en los cretenses era la opuesta a la de los países industrializados occidentales, caracterizándose por una elevada proporción de cereales (principalmente el pan), verduras, frutas, patatas, legumbres, frutos secos y aceite de oliva. Al contrario que los americanos, se comprobó que los cretenses raramente padecían enfermedades cardiovasculares y tenían una esperanza de vida muy elevada.
Posteriormente en los años 50, el Dr. Ancel Keys
junto a otros científicos realizaron el “Estudio de los siete países” en el
cual relacionaron la alimentación con la salud cardiovascular, éste abarcó
Grecia, Italia, la antigua Yugoslavia, Holanda, Finlandia, Estados Unidos y
Japón, duró diez años, pudiendo así comprobarse de que la incidencia de
enfermedades cardiovasculares en el área mediterránea debido a la
particularidad de sus hábitos alimentarios era inferior al resto de Europa y a
los Estados Unidos. Finalmente los resultados se publicaron en los años 80 y a
partir de ahí se estableció en concepto científico de la Dieta Mediterránea.
Concepto de Dieta Mediterránea
La Dieta
Mediterránea es una rica herencia cultural que nació con la confluencia
geográfica, histórica, antropológica y cultural de tres continentes: Europa,
Asia y África, la cual se ha ido transmitiendo de generación en generación desde
hace varios siglos. La mantienen los pueblos de la ribera del mar mediterráneo
que debido a su simplicidad y variedad ha dado lugar a una de las combinaciones
de alimentos más equilibrada, saludable y completa del planeta.
Los
países que se benefician son España, Francia, Italia, Chipre, Grecia, Portugal,
los herederos de la antigua Yugoslavia, Albania, San Marino, Mónaco, Malta,
Marruecos, Túnez, Libia, Israel, Jordania, Egipto y Siria. Portugal no es
mediterráneo pero se beneficia a través de la influencia de la península
ibérica.
La trilogía mediterránea: trigo, olivo y vid
Respecto
a sus ingredientes, estos varían de un país a otro así como a sus respectivas
regiones. Sin embargo, se pueden tener en cuenta una serie de características
comunes:
-Aceite
de oliva como principal fuente de grasa
-Consumo de
alimentos ricos en fibra como frutas, verduras y legumbres, estas a su vez son
una fuente importante de vitaminas, minerales, así como también nos aporta agua.
Las ensaladas están presentes en casi todas las comidas y tienen a su vez como
postre una fruta. Cumple así lo recomendado por la Organización Mundial de la
Salud que recomienda el consumo de 5 frutas y verduras, entre las dos en total,
a diario.
-También se incluye el consumo de frutos secos ricos en ácidos grasos
monoinsaturados.
-Tiene un
consumo rico en pan y alimentos procedentes de los cereales (pasta, arroz y
especialmente los productos integrales) a diario
-Preparaciones
culinarias cuidadas y sencillas como hervidos, asados y fritos, esta última técnica
culinaria no es de uso excesivo.
-Consumo diario
de de productos lácteos principalmente yogures y quesos
-Escaso consumo
de alimentos proteicos elevados en grasas saturadas como carnes rojas y por el
contrario un mayor consumo de pescados y aves de corral. El huevo se consume
con moderación
-Uso de
productos como el ajo, cebolla y algunas especies y hierbas aromáticas
-Vino en
cantidades moderadas en las comidas. El agua es la bebida por excelencia en el
Mediterráneo
-Gusto por
los sabores ácidos, las ensaladas se aliñan generosamente con vinagre y el uso
de cítricos es abundante. La naranja es una de las frutas preferidas por la
población.
-La cantidad
de alimento que se consumía eran bajas en relación con la actividad física, por
ello se debe modificar las ingestas de acuerdo a la actividad física que se mantenga.
-Uso de
gran cantidad de productos frescos
Del
mismo modo no debemos olvidar el estilo de vida mediterráneo, pues se sientan
en la mesa juntos para disfrutar de la compañía de amigos y familia, disfrutan
de paseos y tertulias. La combinación de todo ello da como resultado una vida
saludable apoyada en la alimentación.
Razones fundamentadas y
formuladas a favor de la Dieta Mediterránea
-La
evidencia epidemiológica sugiere que varios patrones dietéticos se asocian con
la prevención de la diabetes tipo 2. Una característica común de estos patrones
es el abundante contenido de alimentos de origen vegetal. En concreto, la
ingesta de cereales integrales y fibra, de frutos secos, de magnesio y la
moderada ingesta de alcohol [1] podrían reducir el riesgo.
-La Dieta
Mediterránea se ha asociado con tasas más elevadas de supervivencia respecto a
todas las causas de mortalidad [1-2] y con una mayor supervivencia
tanto en la población general como en enfermos con cardiopatía isquémica[3-4].
-La
“Dieta Mediterránea” tiene capacidad antioxidante y puede disminuir el estrés
oxidativo. Existe un asociación inversa entre la adherencia a un patrón
alimentario mediterráneo y el estrés oxidativo medido por la ratio glutatión
reducido/oxidado, independientemente de numerosos factores de riesgo
cardiometabólicos conocidos. Los sujetos que siguen una “Dieta Mediterránea”
enriquecida con aceite de oliva virgen o con frutos secos presentan menores
concentraciones de LDL oxidado frente a controles aleatorizados a dieta baja en
grasa, lo que refleja un estatus prooxidante más bajo[5].
-La
reversibilidad de la adiposidad abdominal favorecida por la “Dieta Mediterránea
” suplementada con frutos secos es plausible, dado que este consumo se ha
asociado con saciedad, aumento de la termogénesis, malabsorción de grasa y
menor adiposidad[5] y podría reducir la inflamación.
-En un
estudio de intervención dietética de tres meses de duración en el que
participaron sujetos con alto riesgo cardiovascular, una mayor adherencia a
dieta mediterráneas suplementadas con aceite de oliva virgen o frutos secos
redujo la activación celular inmune y disminuyó la concentración plasmática de
mediadores inflamatorios relacionados con la aterogénesis. Estos cambios fueron
totalmente independientes del tratamiento farmacológico y antiinflamatorio
prescrito por cada factor de riesgo cardiovascular de los participantes [6].
[1] Barnia C. Trichopuulos D.,
Ferrari P., Overvad K., BjerregoardL., et
al. Dietary patterns and suvervival od older Europea, the
EPIC-Elderly Study (European Prospective Investigation into Cancer and
Nutrition). Pus. Healt Nutr. 2001; 10:590-8
[2]
LogiouP., Trichopoulos D., Sandin S., Lagiou A., Mucci L., Wolk A., et al. Mediterranean dietary pattern and mortality
among young women; a cohort study in Sweden Br. J. Nutr. 2006; 96:384-92
[3]
Trichopolou A., Tional Mediterranean diet and longevity in the elderly; a
review. Publich Health Nutr. 2004; 292:1433-9
[4]
De Lorgeril M., Salen P., Martin JL., MonhaudI., BoucherP., Mamelle N. Mediterranean dietary pattern in a
randomized trial: pronlonged survival and possible reduced cancer rate, Arch
intern Med. 1998;158:1181-7
[5]
Bucklan G., Bach A, Serra_majen L. Obesity
and the Mediterranean diet: a systematic review of observational and
intervention studies. Obs
Rev. 2008; 9:580-93
[6] Mena MP, Sacanela E,
Vazquez-Agell M., Morales M., Fitó M., Escoda R., et al. Inhibition of circulating immune cell activation: a
molecular antiinflamatory effect of the Mediterranean diet. Am J Clin Nutr.
2009; 286:327-34
Por
consiguiente dejo unos vídeos de recetas mediterráneas como “Ajoblanco”
proveniente de España y “Musaka” proveniente de Grecia:
Nutricionista Nataly Alarcón Quinte
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